Glorioso y San Damián:
venerado patrono de los leprosos,
y de los enfermos de sida,
crueles y devastadoras enfermedades.
Por vuestro amor,
os entregasteis en cuerpo y alma
al cuidado de los leprosos de Molokai,
demostrando vuestro amor más profundo,
arriesgando vuestra vida a los contagios,
y acabando infectado de esta enfermedad,
que os causó una dura muerte.
Yo, impulsado por la confianza
que me inspira tu poderoso favor,
ante Dios, fuente de toda misericordia,
y tu caridad hacia los más necesitados,
acudo a ti, a solicitar tu ayuda,
en la enfermedad y en la necesidad,
pues con la salud deteriorada
no puedo trabajar, ni cubrir
mis necesidades económicas.
Ayúdame, nilagroso San Damián,
dame una solución,
pon en mi tu santa mirada
y préstame el auxilio que necesito.
(Hacer la petición)
Alcánzame también un gran espíritu de fe,
saber aceptar y ofrecerte
todas las contrariedades de la vida
y poder gozar un día
de tu compañía en el cielo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
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