¡Oh san Felipe abogado mío!
siempre perseverasteis en la virtud,
y, por este motivo,
recibisteis de Dios Nuestro Padre Celestial,
compartir junto a Él la gloria del Cielo
en premio de vuestros esfuerzos.
Alcanzadme la gracia
de no apartarme jamás del camino divino.
Vos, que os manifestasteis tan propicio
para vuestros devotos,
dando cumplimiento sus ruegos,
y alcanzándoles los favores solicitados,
os ruego lo hagáis también para mí,
a atendáis al ruego que tan fervientemente,
os hago, para solución de mis problemas:
(Hacer la petición)
Os ruego también que vengáis en mi auxilio
en el último trance de mi muerte,
e impetradme la gracia de salir de esta vida
fortificado con los santísimos Sacramentos.
Obtenedme entre tanto, oh gran Santo,
la gracia de que haga penitencia de mis pecados,
y los llore amargamente arrepentido
hasta alcanzar el perdón de Dios.
Vos, que veis mis miserias
y los muchos lazos que me tienen
atado al pecado y a la tierra,
alcanzadme mi libertad
y la resolución constante
de ser todo de Dios.
Amén.
Rezar un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
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