Oh! Glorioso San Simón,
tú fuiste primo de Jesús
y un devoto seguidor también.
Fue en tu boda donde Jesús obró
su primer milagro,
convirtiendo el agua en vino,
y desde ese mismo momento,
decidiste dejarlo todo para seguirle.
Fuiste llamado "el Cananeo",
indicando que estabas dispuesto
a dar la vida por tu religión y tu libertad
como persona humana.
Concédeme la gracia
de estar dispuesto a mostrar siempre
mi amor por Cristo,
y trabajar por la libertad y la paz
que sólo Dios puede dar.
Oh glorioso San Simón
tú, que viviste celoso
por servir al Dios único
con plena entrega,
que te distinguiste por un celo ardiente
por la identidad judía y,
consiguientemente, por Dios,
por su pueblo y por la Ley divina.
Tú, que junto al glorioso San Judas,
callasteis a los demonios
que hablaban por las bocas
de los adivinos y magos persas,
hecho que atemorizó a todo un ejercito,
protégeme de las malas lenguas,
difamaciones, agravios, engaños,
y cuantos males me lancen con palabras,
mis enemigos y personas que me quieren mal,
y tratan de perjudicarme mintiendo sobre mí.
Haz que callen sus bocas
cuando a mi persona se refieran,
con embustes y malas artes,
para desacreditarme por envidias,
y en su propio beneficio.
Te pido que prevalezca la verdad,
que callen, y que sus mentiras y descréditos
no sean escuchados,
volviéndose contra ellos mismos.
Te lo pido por el martirio
que junto a San Judas sufriste,
por callar a los demonios,
haz que callen los falsos y mentirosos,
que humillan a mi persona.
Así sea, amén.
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