Grande sois en el cielo, San Ambrosio,
bendito doctor de la Iglesia,
de quién siempre defendiste su fe,
con tanto amor y ternura.
Desde niño vivisteis prodigios,
las abejas acudían a vuestra boca
sin causaros ningún daño,
dando clara muestra de la miel
que emanaría de vuestras dulces palabras,
que tantas almas convirtieron
para Dios Nuestro Señor.
Tú, que dijiste:
"Mira, Señor, a este pobre pecador,
creado y redimido por Ti.
Me arrepiento de mis pecados y propongo
corregir sus consecuencias.
Purifícame de todos mis maldades
para que pueda recibir menos indignamente
tu sagrada comunión.
Que tu Cuerpo y tu Sangre me ayuden, Señor,
a obtener de Ti el perdón de mis pecados
y la satisfacción de mis culpas;
me libren de mis malos pensamientos,
renueven en mi los sentimientos santos,
me impulsen a cumplir tu voluntad
y me protejan en todo peligro de alma y cuerpo.
Sé ahora mi protección y ayuda,
para que Dios me perdone a mí,
y me otorgue sus bendiciones
y su divina ayuda para solución
de esta necesidad que me aflige:
(Hacer la petición)
Que tu caridad y misericordia
se hagan presentes en mí,
para que seas mi intercesor
ante Dios Nuestro Señor,
y con tu aval, poder conseguir
mi desesperada súplica.
Amén
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