Gloriosa Catalina de Siena,
mujer santificada de Dios,
mujer santificada de Dios,
dulce esposa de Cristo,
madre espiritual,
doctora de la Iglesia,
"¡Hermana Nuestra!"
A ti acudo para solicitar tu ayuda
para vivir en la Verdad,
y que me enseñes a amar
como nos ama Dios.
Proclamada modelo de vida dominica,
estímulo en el peregrinar por este mundo
sembrando la Palabra de la Vida.
Tú encarnas el ideal de mujer orante y apóstol,
tal como queremos ver a la mujer
en la Iglesia y en el mundo de hoy.
Te consagraste a Jesús tu Esposo Sagrado,
y serviste a su Iglesia en plena desunión.
Enséñanos, Catalina, como mística y doctora,
a ser humildes y valientes, serviciales y fraternales,
comprometidos y perseverantes,
firmes y esperanzados, alegres y profundos
ilusionados y luchadores.
Tu que eres patrona de la pureza
ayúdanos a mantener puro
el amor en nuestra vida,
concediéndonos a los matrimonios
comprensión, tolerancia y unión duradera.
Enséñanos a ser como tú,
que fuiste mediadora de unidad,
instrumento de paz, defensora de la justicia,
amante del diálogo con Dios y los hermanos.
Protege nuestras familias,
nuestros hijos,
y haz de nuestros hogares
fuentes de paz duradera.
Concédenos la gracia
de alcanzar nuestras metas
en la Iglesia y en el mundo de hoy
que nos retan y nos esperan.
Y haz que no defraudemos
su esperanza e ilusión,
para gloria de Jesucristo
y bien de nuestra Iglesia.
Amén.
madre espiritual,
doctora de la Iglesia,
"¡Hermana Nuestra!"
A ti acudo para solicitar tu ayuda
para vivir en la Verdad,
y que me enseñes a amar
como nos ama Dios.
Proclamada modelo de vida dominica,
estímulo en el peregrinar por este mundo
sembrando la Palabra de la Vida.
Tú encarnas el ideal de mujer orante y apóstol,
tal como queremos ver a la mujer
en la Iglesia y en el mundo de hoy.
Te consagraste a Jesús tu Esposo Sagrado,
y serviste a su Iglesia en plena desunión.
Enséñanos, Catalina, como mística y doctora,
a ser humildes y valientes, serviciales y fraternales,
comprometidos y perseverantes,
firmes y esperanzados, alegres y profundos
ilusionados y luchadores.
Tu que eres patrona de la pureza
ayúdanos a mantener puro
el amor en nuestra vida,
concediéndonos a los matrimonios
comprensión, tolerancia y unión duradera.
Enséñanos a ser como tú,
que fuiste mediadora de unidad,
instrumento de paz, defensora de la justicia,
amante del diálogo con Dios y los hermanos.
Protege nuestras familias,
nuestros hijos,
y haz de nuestros hogares
fuentes de paz duradera.
Concédenos la gracia
de alcanzar nuestras metas
en la Iglesia y en el mundo de hoy
que nos retan y nos esperan.
Y haz que no defraudemos
su esperanza e ilusión,
para gloria de Jesucristo
y bien de nuestra Iglesia.
Amén.
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