Oh! Santo Ángel de Cristo,
guardián y protector de mi alma y cuerpo,
perdóname todo el que te he ofendido
cada día de mi vida,
y protégeme de toda influencia
y las tentaciones del Maligno.
Líbrame de todo mal que me aceche,
de enemigos visibles y ocultos,
de quienes me acechan en silencio
para luego a voces difamarme,
esas malas lenguas que sin causa ni fundamento
mienten, critican y dañan,
para obtener beneficio o reconocimiento propio.
No permitas que esos daños realizados
queden sin justicia,
y haz que la verdad salga siempre a la luz,
que el mentiroso difamador
quede en el lugar que le corresponde,
para que así, no vuelva a dañar más.
Concédeme también que yo nunca más provoque
la ira de Dios por mis pecados,
la ira de Dios por mis pecados,
y si volviese a pecar,
que Dios Todopoderoso se apiade de mí
y una vez mostrado mi arrepentimiento,
me perdone mis errores.
Ruega por mí al Señor,
para que Él me haga digno
de la gracia de la Santísima Trinidad,
y de la Santísima Madre de Dios
y de todos los santos.
Ruega por mí al Señor,
para que Él me haga digno
de la gracia de la Santísima Trinidad,
y de la Santísima Madre de Dios
y de todos los santos.
Amén.
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