Humilde y benevolente San Benito,
Padre y Protector nuestro,
la gloria del Señor está contigo
pues tu jamás antepusiste nada ante Cristo
desde que lo hallaste en el fervor de tu oración.
Glorioso San Benito te ruego
que de la misma manera que lograste
evitar tu envenenamiento en el pan,
que un cuervo alejó para que no dañase a nadie,
me adviertas y alejes a mis enemigos,
que no me dañen,
que no envenenen mis ideas, mis pensamientos,
que no entren en mi vida
causando daños y desasosiego,
ni en mí ni en los míos,
protégenos Santo Abad.
Tu ejemplar vida siempre fue
modelo de las virtudes mas elevadas,
tu austeridad fue el motivo de tu santa Regla,
que ha estado presente en innumerables
vidas cristianas, para honor y gloria
de Dios Nuestro Señor,
y es por eso, que grande es tu favor ante Él,
y por eso no dejará de atenderte en tus solicitudes,
Ruega por mí ante Él, glorioso Abad.
Te pido protección ante las malas lenguas,
los malos ojos, hechicerías, brujería,
y todo tipo de males enviados
por personas carentes de bondad,
de envidiosos y maliciosos.
Ponme a salvo con los míos,
y guárdanos bajo tu manto,
donde quedaremos a salvo,
pues a ti recurrimos y nuestra petición,
sin duda alguna, has escuchado,
y tu misericordia le dará cumplimiento.
Intercede también para que nosotros
podamos encontrar a Dios y así vivamos
en el amor del Eterno Padre
y en la victoria de la Cruz de su Hijo.
Que unamos nuestros sufrimientos
a los de Jesús de Nazaret,
para obtener la redención
de todos nuestros pecados.
Amen.
Amen.
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