Oremos a San Lázaro bien amado,
gran amigo del Señor,
pues el nos ha de curar
de penas y todo mal.
Pues sois san Lázaro el amado
del Divino Redentor
alcanzadnos del Señor,
el consuelo deseado.
Tanta fue vuestra virtud,
y tanto al Señor amasteis,
que las riquezas dejasteis
para vivir con más quietud:
Por tan fiel solicitud,
os hizo Dios su privado,
alcanzadnos por lo tanto
de El nuestra petición:
(hacer la petición)
Gracias hemos de darte,
con todo el corazón,
pues es seguro que alcanzaremos
de ti, tu santa protección.
Todopoderoso y sempiterno Dios,
que por los méritos y por la intercesión
del bienaventurado Lázaro
preservas a los que le invocan
de toda clase de enfermedades,
tanto corporales como espirituales.
Dígnate conceder a nuestros ruegos
que todos aquellos que llenos de confianza
en tu misericordia te suplicaren
los preserves de todo mal,
como de todo lo que pueda turbar su quietud,
por nuestro Señor Jesucristo que contigo vive y reina
en unidad del Espíritu Santo
por los siglos de los siglos.
Amén
que por los méritos y por la intercesión
del bienaventurado Lázaro
preservas a los que le invocan
de toda clase de enfermedades,
tanto corporales como espirituales.
Dígnate conceder a nuestros ruegos
que todos aquellos que llenos de confianza
en tu misericordia te suplicaren
los preserves de todo mal,
como de todo lo que pueda turbar su quietud,
por nuestro Señor Jesucristo que contigo vive y reina
en unidad del Espíritu Santo
por los siglos de los siglos.
Amén
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